Parecía que todas las semanas
iban a ser iguales hasta que me comunicaron que mi tutora había cogido la baja, una gripe pensé, pero parece que será
algo más duradero. Cuando sientes que no has podido tener mejor suerte, siempre
puede pasar algo que lo estropea. En fin, nueva semana y nueva situación a la
que adaptarme.
Los primeros días he ido un
poco desconcertada porque no quería ser una carga para nadie, pero por suerte
la coordinadora me ha abierto las puertas para añadirme a su grupo de tres
alumnos (parecemos sus hijos cuando vamos los cuatro con ella)…He intentado
compaginarlo con horas en la sala de profesores para preparar la memoria y la
unidad didáctica, pero tantas horas diarias delante de un ordenador (trabajo
siete horas diarias con un ordenador en mi trabajo) viene bien compaginarlas
con horas de docencia, aunque sea para entrar como oyente a una clase y observar
el comportamiento de los alumnos y darme cuenta de lo difícil que es adaptar
una enciclopedia de conocimiento a alumnos que están deseando que acabe la
clase para mirar el móvil.
No obstante, el último día de
esta semana ha sido el mejor y es que he podido ser partícipe de: preparación de una clase, corrección de
exámenes, vigilancia en un examen, corrección de dossieres, ayuda para la búsqueda de un centro para hacer prácticas
de nutrición y lidiar en quejas pre evaluación de alumnos que quieren un
aprobado con el mínimo esfuerzo.
La verdad es que la noticia de
la baja me desanimó bastante por la incertidumbre, pero al final pensé en ser
proactiva y ofrecerme a impartir las clases mientras llega el sustituto o la
sustituta…Pensaba en que la respuesta iba a ser negativa pero no ha sido así y
además coincide con la unidad didáctica que había pensado impartir, así que
todo perfectamente coordinado puede ser el resultado de una de las mejores
semanas del prácticum en las que
tendré la oportunidad de sentirme como una verdadera docente junto a mi
compañero de prácticas.