Ya ha pasado la primera semana en el centro y para mí ha
sido como un mes y no porque haya sido denso, sino porque me siento como una
más, aunque viviendo todavía el estrés que supone recorrer 50 minutos por una
autovía por la que no había pasado nunca.
Han sido cinco días intensos
pero disfrutables, ya que lo que parecía que iba a ser una experiencia que se iba a limitar a sentarme en una mesa al final de
la clase y escuchar, se ha convertido en una sola semana, en clases en las que
me sorprendo por tener siempre ganas de intervenir,
por poder contar pequeñas experiencias que enriquecen la teoría, por tener un
hueco para poder explicar ciertas técnicas…Pero todo esto no sería posible si
no tuviera a una tutora que me da
pie a ello.
Sí es cierto que a veces me asombro
porque es como si volviera a las clases del grado para reaprender, porque es
increíble como nuestro disco duro borra de la memoria contenidos que no usa. Yo
al menos he borrado nombre de hormonas del sistema neuroendocrino, el
funcionamiento del aparato urinario, los tipos de anemias…En fin, supongo que
en el caso de poder ser docente en algún momento tenga que hacer un trabajo
intenso de preparación, como la que tendré
que hacer para preparar la unidad didáctica
de dentro de dos semanas sobre el sistema inmunitario.
Me he sorprendido bastante por el alumnado tanto de forma positiva como negativa. Por un lado me
sorprende contar con alumnos de la edad de mis padres que tienen ganas de
formarse y que lo demuestran con actitud y aptitud. Por otro lado, veo algunos
alumnos que andan perdidos y que están anclados todavía a la ESO y con un
sistema de aprendizaje muy cuadriculado donde la lógica se deja de lado. No obstante,
ambas partes se complementan bien y me parece que forman un gran equipo.
En cuanto al equipo
docente puedo decir que me ha sorprendido la metodología que se utiliza, ya que los libros de texto se dejan a
un lado para complementarse con diapositivas interactivas, actividades de preparación
para el examen, vídeos didácticos y prácticas con más material del que me
esperaba. De hecho, me pareció una estupenda oportunidad para aportar material
caducado procedente del trabajo y así poder contar con algo más de material…Aún
recuerdo mi práctica de vendajes en la que contábamos con dos vendas para un
grupo de veinte alumnos así que desde entonces he decidido que no tiraré nada a
la basura que le pueda servir a alguien para aprender.
En fin, ha sido una semana que pese a que me ha agotado físicamente
por las combinaciones de turnos laborales y los ratos de autovía, me da ganas
de continuar y me motiva para prepararme el temario y meterme en el papel
docente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario